Just like you said, you leave my life, I'm better off dead

Sobre posado entre acorde y acorde en el que Richard Ashcroft describe esta canción, recordé que la hice mía, la hice profundamente mía, pues en algún momento no muy lejano lo dije y en un instante no tan distancial a estas épocas sentí aquella droga; la droga de un beso imaginado o la de una caricia soñada, de un efusivo abrazo al viento, tratando de parchar todos los momentos desperdiciados; que ya no hacían efecto ni mucho menos eran la dosis perfecta para saciar la sed de sentir, de sentir más que imaginar el veneno de una mortal droga que endulzaba y conllevaba a los caminos de la angelical perdición. En algún momento espere un gran fuego artificial iluminar la retina de mis ojos, como la gran señal que cada despertar esperaba recibir. En algún momento pensé que quise morir, en algún momento sentí que estuve aquí, paralizado, estancado y embobecido por la estúpida razón de quererme sentir como me estaba sintiendo, pudiendo levantarme y dejar sentado un sentimiento al cual me aferraba como cura para una adicción que fríamente calculaba el termómetro de la desesperación y que sabia dar la cara en el momento preciso y crucial para el alivio y las ganas de aferrarse más a una "medicina ideal"...


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