¡La travesía de un buen viaje!



Amaneció con sol cadencioso – ¿Presagio o destino?, no lo sé- y empezaba a encenderse más en mí este sentimiento… 

Siento, como te puedo querer tanto, y sé que eso no es jugar con mi vida y con tu canto; confieso que disfruto apartándome de la realidad y convirtiéndome en tu bufón. Entonces me detengo a pensar en el miedo que a ambos nos embarga, pero, me gana la perseverancia que impone el destino, cuando me sumerge entre tus brazos dejándome en este estado contemplativo y de encanto. 

Pienso, y un Déjà vu me recuerda que te he soñado todo este tiempo indefinido, imaginándote felina entre instantes de locura; brillando generosa y emanando sin premura tu envolvente ternura. He soñado y he contemplado verme enamorado, pero, aunque aún no lo entiendo me gusta cada vez no se qué tanto; es muy pronto, lo sabemos, sin embargo ya he hecho presa de mí este gran sentimiento.

Siento, que dejas escapar frágil en tu mirada, la delicadeza y admiración por el brillo de lo romántico. Entonces me pregunto: ¿tu corazón suspirando está a la espera del momento en que este poeta te corone entre sus versos como diosa?, entonces concluyo que sueño también con ese mágico instante perdurable que acompañó todo este tiempo mis ganas de esperaste. 

Pienso, “he actuado como un niño temeroso, extraviado en el extraño gozo que me da tu presencia y  nuestro momento”. Confundido, no sé qué fuerza obra en mí; tal vez el amor había escapado de mí, tal vez hace mucho tiempo añoraba este instante eterno. No he sido lo suficientemente fuerte para arriesgar, pero hoy siento las ganas de por ti, hacerlo; no he tenido el valor de mostrarte este dichoso perfume romántico que produces en mi cuerpo, sin embargo me gana esta realidad que imaginé nunca vivir pero que empezó a crecer con tus versos.

Siento, las últimas horas en ese lugar y lo más seguro era que no volveríamos por mucho tiempo; en el fondo me sentí profundamente alegre, existió el espacio suficiente para afianzar estos sentires internos. Creo que supe desde siempre que iba a quedar marcado por una historia así, y ya no sé cómo, pero si se que no quiero evitarlo. Aquella noche, mientras dormías pensaba en ti y sentía esas dulces sonrisas tras de mí; de pronto la fantasía se asomó a mi mente e iluminó mi pensar: “Bendita sea la naturaleza y el camino que nos trajo hasta aquí”.

Amaneció hoy muy soleado, abrí mi maleta y me di cuenta que la traje cargada con tus suspiros; es que ha cambio  tanto la dirección de mi brújula que no exagero si digo que doy pasos poniendo como mi camino tu recuerdo. Me vine con el retrato imaginario de aquel momento y ya no tengo más el alma enredada. 

Ahora, finalmente puedo decir que ese temido sentimiento, con mi consentimiento, de mí se ha apoderado.

No hay comentarios: